Debido a la informalidad que afronta el sector, así como a la necesidad de fomentar las buenas prácticas y conocer quién está detrás del negocio nació la primera Asociación de Tatuadores de Colombia.
Aunque una de las grandes misiones de la Asociación de Tatuadores de Colombia es realizar un censo del sector, puesto que es muy poco lo que se conoce aún con respecto al negocio.
Uno de los grandes problemas sigue siendo la visión que se tiene sobre la actividad, la cual paradójicamente es considerada ‘tabú’ incluso para varios de sus representantes.Es por ello que la mayoría de artistas le temen a compartir desde sus historias de vida hasta los principales números de su negocio como facturación o número de clientes atendidos por mes.Lo que se sabe del negocio, según información compartida por la propia Asociación de Tatuadores de Colombia a Dinero, es que el tatuaje moderno llegó en los años 80 de la mano de “Leo Ríos”, un artista que tenía su estudio en la Ciudad de Cali.En Bogotá comenzó gracias “Danny Tattoo”, un belga que introdujo la práctica hasta volverse popular en el país a comienzos de los 90.Ese fue el comienzo de la expansión de este negocio a nivel nacional, un país en el que esta cultura ‘underground’ tuvo que sortear un sinnúmero de desafíos para poder posicionarse y ganar respeto.